Marlaska, de gay a maricón

La evolución ideológica natural de las personas es siempre es de izquierdas a derechas y Marlaska no es una excepción porque hay dos tipos de personas mayores de izquierda: los gilipollas y los que viven de los gilipollas.
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2/4/2021 – La evolución de Fernando Grande-Marlaska a lo largo de su vida está siendo patética. Aún recuerdo cuando era juez de la Audiencia Nacional, se codeaba con el Partido Popular y defendía a España de los enemigos. Y de los suyos. Formó parte, por méritos propios, de los top ten de los jueces estrella. Debo reconocer que personalmente lo admiraba. Marlaska por aquel entonces era un gay en toda regla, buena imagen, elegante y profesionalmente impecable. O por lo menos eso creo. En todo caso era fiel a sus principios y de hecho aspiró a ser fiscal general con el PP.
Las ambigüedades de Fernando Grande-Marlaska
Todo el mundo sabía que Marlaska era gay, que no es lo mismo que maricón. Los gay son de derechas pues les gusta un nivel de vida exquisito, son educados, tienen un gusto refinado, visten bien y elegantes, les gustan los yates, buenos coches, hoteles de cinco estrellas, etc., en cambio los maricones son la antítesis de los gay. Los maricones son de izquierdas y sus sueños son llegar algún día a ser gay con todo lo que ello conlleva. Pero nunca lo conseguirán porque para ser gay se nace y para ser maricón se hace.
Fernando Grande-Marlaska, ¡lo que fue y lo que es!, de gay a maricón. Y no lo digo yo, lo dice la ministra Dolores Delgado.
En definitiva, Marlaska es el juez que quiso ser fiscal general con el PP y acabó de ministro con el PSOE, y de perseguir y detener a etarras a formar parte de un Gobierno que convive políticamente con los proetarras.
Una vez le dije a Alberto Garzón esta frase, pero sirve para cualquiera: Vivir por encima de tus posibilidades es de ser un irresponsable, vivir por encima de tus ideologías es de ser un hijoputa. Seguro que a Julio Anguita le gustaría. DEP.
Así lo pienso y así lo digo. - Juan Vte. Santacreu
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Psicología judicial -- Uno de los aspectos interesantes de la Justicia es la rehabilitación y reinserción de los delincuentes en la sociedad. Cuando Marlaska estaba destinado en la Audiencia Nacional defendió estas ayudas para que los presos pudieran regresar a la vida civil con los menos traumas posibles y que además, y lo más importante, no fueran un peligro para los ciudadanos.
1109 – El Estado, que presume de ser garante de los derechos de los ciudadanos, es el primero que los vulnera al permitir que una persona espere años por una sentencia.
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Grande-Marlaska es un ejemplo de cómo el poder político puede transformar, para bien o para mal, la trayectoria de una persona. Como juez, fue considerado un referente: firme, independiente y con valentía frente a ETA y los separatistas vascos. Su carrera judicial estuvo marcada por la defensa del Estado de derecho y por decisiones difíciles que le granjearon respeto y reconocimiento. Sin embargo, al dar el salto a la política como ministro, su imagen ha cambiado de manera radical. Hoy se le percibe más como un gestor al servicio de intereses partidistas que como un garante de la justicia.
El contraste es evidente: aquel juez implacable contra el separatismo se ha convertido en un ministro que negocia, concede y hasta suaviza posiciones frente a los independentistas catalanes, en función de la conveniencia política del gobierno al que pertenece. Este viraje genera la sensación de que la toga daba principios, mientras que el poder le ha impuesto obediencia.