A la Infanta Cristina le irá bien - Caso Nóos
Mariano Rajoy ya sabía un año antes del juicio del Caso Nóos que le iría bien a la Infanta Cristina.
políticos para castigar a los malos pero que acaban pagando los buenos ciudadanos. - JV Santacreu
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12/3/2017 - La Infanta Cristina ha sido absuelta por ser mujer y gilipollas, supongo, igual que Ana Mato, por no enterarse de nada de lo que pasaba en su casa. La Justicia española ha absuelto a la Infanta y el PP, PSOE y Ciudadanos encantados, es más, están de acuerdo con la sentencia y les parece ejemplar, pero no sólo eso, la prensa oficialista más de lo mismo. Observa que utilizo el término sudaca de "oficialista" porque, desde hace algún tiempo, somos miembros de hecho y derecho del club de las republicas bananeras.
La frase que pronunció Mariano Rajoy hace años "A la Infanta le irá bien" marcaba la hoja de ruta del juicio, y si a eso añadimos el excelente papel que ha desempeñado el fiscal como abogado defensor, la absolución sólo era cuestión de tiempo.
Es curioso que el sentir de la ciudadanía sobre la sentencia de la Infanta Cristina no corresponde con la imagen que están dando los políticos y periodistas, lo cual viene a demostrar una vez más el distanciamiento que hay entre la sociedad civil y los políticos y sus palmeros periodistas.
No voy a entrar a valorar si es justa o no la sentencia del Caso Nóos, sólo te voy a exponer 3 casos reales y valora tú mismo qué coño está pasando con justicia en España.
1º - Manolo, mi amigo, entró a 140 km. por la autovía ronda norte de Valencia donde la velocidad se reduce a 50Kms. Seiscientos euros de multa -600€- y seis meses de cárcel. Mi amigo entró 2 años en la cárcel porque un año antes su exmujer le chantajeo y lo denuncio por malos tratos. Doy fe que mi amigo no tiene media ostia y es incapaz de agredir a nadie, sí, mi amigo es uno de los 3.000 casos de falsas denuncias que hay en España por malos tratos.. Mi amigo está en la cárcel con 43 años y con su vida sesgada.
2º - Isabel Pantoja, la condenan a 2 años de cárcel y la justicia le obliga a entrar en prisión cuando en España es raro, muy raro que alguien entre en la cárcel por penas menores de 2 años.
3º – La Infanta absuelta y con un par.
Juro que no quiero que encierren a la Infanta Cristina ni a nadie porque yo soy de los que defienden que, es preferible que un culpable esté libre antes que un inocente en la cárcel, pero con este artículos sólo quiero que alguien me diga cuál de las tres varas de medir es la correcta y entonces se aplique a todo el mundo.
Isabel Pantoja se ha mamado 2 años de cárcel y a mi amigo sigue en la puta cárcel por culpa de toda esta patulea de hijos de puta que lo único que hacen en el Congreso es inventarse leyes para convertir, si es necesario, a cualquier ciudadano en delincuente. Sí, el Congreso de los diputados es una fábrica de delincuentes, ¿no te habías dado cuenta?
Bienvenidos a la republica bananera de España.
Así lo pienso y así lo digo. - Juan Vte. Santacreu
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Cuando los jueces son políticos en la sombra -- No sé comprende muy bien, bueno, la realidad es que nadie lo comprende pero así estamos, los políticos eligen a los jueces que luego, un día les podrán juzgar, y claro, nadie muerde la mano que le da de comer. Hay otro caso más llamativo en el que nadie repara, el defensor del pueblo. Este es un señor que lo eligen los políticos por si un día alguien se queja de los políticos. La situación judicial en España es patética.
1109 – El Estado, que presume de ser garante de los derechos de los ciudadanos, es el primero que los vulnera al permitir que una persona espere años por una sentencia.
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El juicio de la Infanta Cristina en el Caso Nóos es un ejemplo claro de la diferencia entre ser iguales ante la ley y serlo ante la justicia. En teoría, todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos y deberes legales, sin distinción de rango o apellido. Sin embargo, el desarrollo del proceso mostró privilegios difíciles de ignorar. La Infanta fue juzgada porque no había otra salida posible, dado el escándalo público y la gravedad del caso. Pero el trato que recibió, la indulgencia con la que se valoraron las pruebas y el beneficio de la duda que se le concedió contrastan con lo que suele ocurrir con cualquier ciudadano anónimo en circunstancias similares.
La sentencia absolutoria para ella, mientras otros implicados sí fueron condenados, evidenció esa grieta: la ley dice que todos somos iguales, pero la justicia, al ser aplicada, refleja jerarquías sociales y presiones políticas. El Caso Nóos dejó al descubierto que en España la justicia no siempre es ciega.